Hashem, el Máximo Dador que puede existir en el tiempo y en el espacio, y en cualquier extensión espiritual, nos regaló el libre albedrío.

Esta “facultad de actuar por reflexión y elección” (Larousse), es una enorme responsabilidad ya que éste es un atributo que nos hace asemejarnos a nuestro Creador. Por eso nos lo regaló, para que con este libre albedrío tuviéramos la libertad de construir nuestro destino.

¿Pero lo utilizamos? Muchas veces los valores ajenos a la Torá, o mensajes inconscientes parentales, familiares, figuras de autoridad e incluso los mensajes de la TV, publicidad o el cine, influyen enormemente para no utilizar nuestro libre albedrío con libre albedrío.

Parecería un juego de palabras pero no lo es. Incluso toda una vida puede verse afectada por esta falta de libertad para escoger lo que más nos conviene.

Por supuesto que mientras más conocimiento de Torá se tenga (y una higiene mental sana también), puede ayudar a manejar con mayor libertad el libre albedrío. Por ejemplo, un yehudí que recién comienza en el camino de la Torá, puede dudar si ver o no una televisión que ya está encendida en Shabbat; un yehudí que tiene un poco más de tiempo, puede dudar si gastar o no una suma mayor para una Mezuzá; y un yehudí, de los que se llaman Sabios, puede utilizar su libre albedrío para pensar si mostrando enojo o no en una determinada situación en donde él está directa y emocionalmente involucrado, va a ser de utilidad.

¿Pero qué sucede si tenemos valores o mensajes inconscientes que no nos permiten utilizar nuestro libre albedrío?

Por ejemplo, un yehudí no religioso que ha estado involucrado en una educación completamente secular (escuela, cine, televisión, revistas de todo tipo, libros de todo tipo, amistades de cualquier ambiente y nada de Torá), si se le dice que la Torá prohibe tocarse en el noviazgo, no va a poder utilizar el regalo que Hashem le dio porque los mensajes de padres, amigos, sociedad, televisión y cine que ya los tiene completamente integrados a su “pensamiento”, no le permiten ni siquiera pensar que existe otra opción en la vida. No piensa, únicamente se ampara y se apoya en lo que tiene a la mano: “Esto es una tontería. Todo el mundo se toca y es lo más normal. Yo también voy a ser como todo el mundo”.

¿Utilizó su libre albedrío? No.

Utilizó la única información que tiene a la mano. No cuenta con la capacidad para utilizarlo porque le falta información y porque tiene muchos mensajes que no le pertenecen y que no fueron originalmente pensados por él. Imagínense qué pensará si le decimos que Hashem sí existe y que la Torá sí es de origen Divino y que hay que respetar todo lo que está escrito en ella.

Y muchas veces puede ser no la falta de conocimiento sino los mensajes inconscientes que tenemos en nuestra mente que no nos permiten por ejemplo creer en la veracidad de la Torá. Quizá, de alguna manera, los padres o la sociedad secular misma lanzaron un mensaje (por supuesto no abierto, aunque en ocasiones sí sucede) de “No creer en lo que no se vea”, o “No puedes hacer una vida diferente a la mía”, o “Los religiosos son gente primitiva”, o “El cuento que la Torá es verdad, es eso, puro cuento”, etc. Incluso puede ser que los mismos padres que lanzan esos mensajes los tengan también en el inconsciente que a su vez fueron mandados por sus propios padres.

Aquí lo importante es tratar de romper esos mensajes que lamentablemente no nos damos cuenta de ellos. ¿Y cómo saberlo?

Muchas veces podemos descubrirlos cuando una parte de nuestra vida no está funcionando del todo bien y escudriñar dentro de nosotros mismos para ver qué es lo que está sucediendo. Si no podemos nosotros solos, podemos pedir ayuda de gente cercana, inteligente, perceptiva, sensible y sincera que sí nos puedan ayudar.

Es increíble cómo un mensaje inconsciente puede destruir una vida, y en muchas ocasiones, la vida de los descendientes.

Digamos que un padre o madre lanza el mensaje abierto o inconsciente de “No te doy permiso de crecer” por razones que desconocemos. ¿Qué le sucede al hijo? Crece físicamente pero una parte emocional o toda la parte emocional queda sin crecer. ¿Qué puede suceder?

Digamos que se casa (si es que se casa) y lleva un matrimonio con una mujer que pueda cumplir el rol de su madre (para seguir siendo un dependiente emocional), o se casa con una mujer que también tiene ese mismo mensaje y llevan una relación totalmente inmadura y por lo mismo, sus hijos sufren de ese mensaje de no crecer emocionalmente. Y así infinidad de ejemplos (“No seas mejor que yo”, “No nos dejes solos”, “No crezcas”, “No investigues más allá de lo evidente”, “Enójate con todos los que no hacen lo que tú quieres”, “No te cases”, “Tú eres un rey/reina que sólo puede casarse con un rey/reina”, “En la vida no existen límites para nadie y menos para nuestra familia”, “Tú eres el ser humano más hermoso que ha nacido en la Tierra y/o Universo”, “Arriesga la vida”, “No vales nada”, “Desconfía de los religiosos”, “Desafía al peligro”, “Sé rebelde”, “Los religiosos son peligrosos”, “D´os no existe” etc.) que obstruyen totalmente nuestro libre albedrío.

Por eso, en lo que se refiere a llevar una vida con Torá o sin ella, es vital que revisemos con profunda rigurosidad si no habrá un mensaje que llevemos dentro que no nos permite con plena libertad hacer lo que la Torá dice (si es que llevamos un tiempo de Teshubá) y si acaso no estamos dentro de una vida con Torá y constantemente nos tratan de convencer que Hashem sí existe, que lo comprobemos estudiando o participando en un seminario y nos negamos sistemáticamente, sería muy positivo revisar con cuidado si no tendremos un mensaje que no nos permita por lo menos curiosear intelectualmente el Judaísmo Ortodoxo. Y de paso, ver si no tenemos mensajes inconscientes que le estemos transmitiendo a nuestros hijos (aquéllos que los tengan) con respecto a la Torá y a la vida misma.

Así que el tan mencionado libre albedrío tras del cual mucha gente se abandera para no llevar una vida con Torá, es un concepto que no se debe manejar tan a la ligera, todo lo contrario, sino profundizar más allá de lo cotidiano y ver nosotros mismos si tenemos el libre albedrío para utilizar el libre albedrío que Hashem nos regaló para parecernos a Él.

Un libre albedrío que nos permitirá ser realmente los arquitectos de nuestro propio destino y no ser simplemente marionetas en nuestra vida y en la vida de nuestros descendientes y llevar, por lo tanto, una vida cuyas riendas jamás estuvieron en nuestras manos.

Hola: Les voy a escribir este mail porque ayer me hubiera encantado decir estas palabras, pero bueno, me hubiera puesto a llorar de la emoción y como ustedes ya saben, soy llorona y no hubiera podido hablar ni dos palabras. No tengo palabras para agradecer lo que hacen, pero lo que sí puedo decirles es que a mí y a mi familia nos cambiaron la vida. Desde chica fui criada en un ambiente gentil, fui a un colegio inglés, no tenía amigos judíos, y no sabía nada de judaísmo; lo que sí sabía era por mis amigas las fiestas gentiles, navidad, comunión, etc. Sufrí un montón por que yo quería hacer todo eso y mis padres no me dejaban; tenía una lucha interna terrible, por un lado me mandaban a un ambiente gentil, y cuando quería festejar navidad como mis amigas no me dejaban; me sentía una extraña sin identidad, y siempre desde chica busqué algo, no sabía qué era, pero algo me faltaba. Gracias a D´os y con la ayuda de ustedes encontré la Torá, Mitzvot... lo que de chica me faltó.

Ahora lo tengo, ahora tengo un rumbo, sé lo que quiero y lo que no quiero, mis hijas ya cumplen kosher, Shabbat. Mi hija de 2 años todos los días me dice, "¿Hoy Shabbat?" y eso me llena de alegría.

Ya no quiero lo material, eso nunca me llenaba, ahora busco lo espiritual, y lo tengo gracias a las Mitzvot. Hace años que estoy casada y hace uno que empecé a ir a la Tevilá... es lo más lindo que pude haber hecho, me llena de emoción a mí y a mi marido; nos casamos todos los meses y sentimos lo mismo que la noche de bodas es algo mágico y muy emotivo, que después de unos años eso se pierde y gracias a la Tevilá lo recuperamos. Me hubiera gustado decirlo delante de la gente, pero de la emoción no hubiera podido y más en el estado en el que estoy que cualquier cosa me emociona muchísimo. Este embarazo es de Tevilá y Hashem me mandó esta alegría; y la mejor manera que se lo voy a agradecer es cumpliendo Mitzvot. Los quiero muchísimo y ya forman parte mía y de mi familia.

Querido Dr. Betech:

Ante todo quería agradecerle su visita en la Argentina. Espero que se acuerde de mí. En el primer seminario cumplí kasher y Shabbat además de ponerme los Tefilín. ¿Se acuerda que en un intervalo le hablé de los altibajos que tenemos después? Bueno, quería contarle una noticia. Hace una semana que estoy usando kipá todo el día, incluso en el trabajo. Para mí es algo muy difícil ya que no trabajo en una zona judía sino que trabajo en el centro. La segunda decisión que tomé es ir una vez más por semana a la Yeshivá. Y la última decisión que tomé y estoy cumpliendo hace una semana es la de no tocar ni besar mujeres. ¿Qué le parece? Difícil, ¿no? Yo no lo puedo creer. Pero usted me dio fuerzas y motivaciones.

La verdad es que parecen cambios simples, pero no lo son ya que acarrean otros cambios más profundos que vienen de la mano. Por ejemplo, el noviazgo kasher, las salidas nocturnas, kasher en un alto nivel, cuidarse de los modales (por la kipá y Jilul Hashem (profanar el Nombre de Hashem)), etc. Usted ya sabe.

Tengo muchas preguntas del seminario pero se las voy a hacer más adelante. Por ahora sólo quería darle la buena noticia y compartir la alegría que me llena el alma.

Trabajo en TOV (Sara Adler) y como siempre llegué y estaba estacionando mi coche cuando en esta ocasión que encontré lugar enfrente de la puerta, vi que un Abrej me estaba viendo fijamente. La verdad me extrañó por lo que me tardé un poco más para ver si él ya entraba y no lo hacía. “¿Y a éste qué le pasa?, ¿Por qué mira tanto para acá?”, pensé. Puse el “tapasol”, después el seguro del volante tomándome todo mi tiempo y él seguía viendo para donde yo estaba. “¿¡Qué le pasa!?, ¡No es correcto que mire tanto para donde yo estoy!, ¿Por qué no entra ya a TOV y me deja de molestar con su insistente mirada?”. Finalmente iba a entrar cuando él se me acercó para preguntarme si estaba interesada en vender mi coche.

Fue una gran lección como en otras ocasiones me ha sucedido: la verdad no he aprendido aún a juzgar para bien la mayor parte de las veces.

Aprovechamos este suceso para abrir UNA NUEVA sección para procurar aprender todos a juzgar para bien por más inverosímil que nos parezca una situación.

Por supuesto que en esta sección necesitamos de sus colaboraciones y los invitamos a que compartan con todos nosotros situaciones personales o que hayan escuchado pero que conozcan con certeza, donde en inicio se podría juzgar para mal y Hashem nos enseña al final que si hubiésemos juzgado para bien, así es como al final hubiesen sucedido las cosas.

Sorprendámonos juntos de este extraordinario descubrimiento.

¿Qué revelan nuestros genes sobre la milenaria historia del Pueblo Judío?

¿Por qué se le ha llamado el primer gran descubrimiento del siglo XXI?

Maravillémonos de la

Gran Inteligencia

que hay fuera y dentro de nuestro cuerpo y veamos

hasta dónde puede llegar

8.15 PM: café y galletas

Apta para todo público.

Será un honor contar con su asistencia.

Respecto a lo que dicen que cómo en la antigüedad se pudieron aprender toda la Guemará de memoria, vemos que en 1974, en Rangun, Birmania, un hombre llamado Bhandanta Vicitsara recitó de memoria 16 000 páginas de texto budista (Cómo son y como funcionan casi todas las cosas pág. 282), siendo que lehabdil la Guemará sólo tiene 63 masejtot, 524 perakim, 4124 mishnaiot = 2046 páginas de Guemará (Conceptos básicos del judaísmo, pág. 24).

Además, no tenían TV, calculadoras, computadoras por lo que desarrollaban muchísimo su memoria.

Después de haber escuchado la disertación de Torá del Rabí, la repasaban repitiéndola muchas veces. Cuarenta veces era lo común, otros la repetían 100 veces o más. Eran hombres de gran habilidad innata, pero con tal sistema evolucionaron en gigantes mentales.

No era memorizar conceptos intranscendentes, no relacionados con su vida, sino ideas que aplicaban cotidianamente. Por ejemplo: las 4 especies no puedes inventar, la gente ya los conoce. Si llega alguien en Sucot con rosas y hojas de eucaliptos, ¿qué ocurriría? La gente no lo dejaría.

Todo el contenido de la Torá Oral ya está incluido en forma muy resumida en la Torá escrita.

Tenían también apuntes privados de la Torá oral como resúmenes para recordar.

CON VALET PARKING

HORARIOS DE VERANO

Hombres y mujeres:

Filosofía de la Biblia: lunes a jueves de 20:30 a 21:15

Conferencias: miércoles 21:15 Temas de interés general

Mujeres:

Pláticas de Torá (Crecimiento Personal):

Martes 12.00 a 13.00 (Morá Miriam Turkíe).

Tehilim (Salmos): miércoles 12:00 a 13:00

Perashat Hashabúa: sábados 18:30 hrs.

(Dr. Obadiá Maya).

Hombres:

Antología del Talmud: lunes a jueves de 18:50 a 19:55

(Dr. Isaac Betech).

ALGUNOS SERVICIOS QUE OFRECEMOS:

Cassettes: diversos temas de interés general (préstamo sin costo alguno y/o venta).

Cocinas Kasher: te ayudamos a Kasherizar tu cocina (servicio gratuito a domicilio).

Orientación y asesoría personalizada: envíanos tus dudas o inquietudes vía fax, e-mail o correo. Consultas personales previa cita.

Miniseminarios: conferencias de 2 a 3 hrs. para grupos nuevos, solicitándolas con anticipación.