TOVLI 46

TOV: ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LA DIFUSIÓN DE NUESTROS VALORES

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Shebat 5760 Favor de cuidar la santidad de esta publicación y no trasladarla en Shabbat en la vía pública. #46

En este número:

Aprendamos a juzgar con el beneficio de la duda.

Haré una ayuda frente a él.

Selecciones del Correo

Noticias de TOV Internacional

Preguntas y Respuestas

 

 

“Aprendamos a juzgar con el beneficio de la duda”.

Una historia verdadera.

Había terminado la jupá de nuestro hijo.

Era el día después de la boda, y un sentimiento de agradecimiento a Hashem mezclado con alegría y cansancio, condimentado con esa sensación difícil de describir de ver el cuarto de tu hijo desocupado, llenaba nuestros corazones.

Empezaron los comentarios obligados sobre tan trascendente evento en nuestras vidas. Repasamos con la mente los saludos de nuestros familiares y amigos que nos hicieron el favor de acompañarnos en esta simjá (alegría). Pero de alguien estábamos extrañados: El Rab C.D.* y su esposa la Rabanit A.B.*, no habían asistido a la jupá... ¿era posible? Mi esposa y ella se tienen un gran cariño, además sabíamos que estaban en la ciudad, y más aún, mi esposa la admira a tal grado por su nivel de tsadeket (mujer justa), por su sencillez, su amabilidad y por sobre todo, por las bonitas clases de Torá que imparte para mujeres.

“Seguro vinieron pero no los vimos... me comentó”. Aún así la duda quedaba entre nosotros.

Al otro día, me volvió a comentar mi esposa: “Entiendo que halla faltado gente, después de todo se prendía la tercera vela de Januká, pero sigo con la duda de por qué no vi a A.B. en la boda. ¿Será que se molestó porque no hubo posibilidad de invitarla a la Seudá (banquete)? No creo, ella es muy inteligente y seguro que entiende que hubiésemos querido invitar a todos nuestros familiares y amigos, pero por motivos obvios no fue posible”.

Al tercer día, mi esposa no pudo más y con nervios marcó su número de teléfono; quería saber por qué estaba molesta y no la había acompañado en la simjá.

A.B. contestó el auricular y mi esposa al reconocer su voz, de inmediato le dijo: “Perdóname A.B., de verdad, sé que puedes estar molesta porque no tuve posibilidad de invitarte a la Seudá, pero te suplico que me entiendas, el espacio era limitado... me hubiese encantado verte en la jupá...”

A.B. la interrumpió con calma y le dijo: “Tenía muchas ganas de acompañarte, pero me dio pena asistir sin invitación a la boda de tu hijo...”

“¿¡Sin invitación!? Pero si te la mandé desde hace varios días. Es más, no la quise enviar con el camión de la escuela para que la recibieras de forma más personal. ¡La enviamos al Kolel donde tu esposo estudia!”

“Jamás la recibimos”, dijo con calma la Rabanit A.B. “No me hubiera importado el no asistir a la Seudá. Entiendo que a veces no se puede cumplir con todos. Pero tenía ganas de verte llevar a tu hijo junto con tu esposo a la jupá... tenía ganas de compartir contigo ese momento tan bello, tenía ganas de verte cómo te veías casando a un hijo...”

Pocas veces he visto a mi esposa tan angustiada como durante esa llamada telefónica.

Las palabras: “discúlpame, créeme que te la envié, cuánto lo siento...”, se escuchaban una y otra vez.

Finalmente, con las buenas midot (cualidades de carácter) que la caracterizan, la Rabanit se despidió diciendo: “¿Te puedo ayudar en algo para la Sheba Berajot que estás preparando para Shabbat”?

Después de un silencio, mi esposa le dijo: “Sí, que nos acompañen por favor aunque sea a esa última parte de nuestra Simjá”.

Colgó mi esposa apenada y de inmediato se fue a la computadora a escribirle una carta de disculpa y a imprimir la hoja de la lista de invitados donde por supuesto figuraban su esposo y ella. Dos horas después, acompañados de una rosa, estaban en su casa un sobre y una flor.

Pasaron tres días y llegó el Shabbat de la Sheba berajot. Teníamos la alegría de tener a nuestros familiares y amigos en casa (no a todos por supuesto, sino a aquéllos que vivían a distancia fácil de caminar hasta nuestra casa), acompañándonos en esta Seudá, con la cual cerrábamos una semana hermosa en nuestras vidas. Vivimos la experiencia de la Shibá Berajot de nuestros hijos durante esa semana, como si hubiera sido nuestra propia boda, ya que por desconocimiento, cuando nosotros nos casamos, no sabíamos el punto de vista Judío sobre el matrimonio y lo bello que es que dicha alegría se prolongue con familiares y amigos por siete días más.

Pero en la mente de nuestra esposa y la mía estaba aún ese pequeño detalle del mal entendido con el Rab C.D. y su esposa, quienes no habían recibido nuestra invitación.

A la mitad de la Seudá tuve que salir a la puerta a atender un asunto, y de repente la imagen de una pareja de Yehudim Shomré Torá que se acercaban a casa me dejó paralizado... ¡eran el Rab C.D. y la Rabanit A.B. que habían venido desde Polanco, caminando casi una hora para acompañarnos en esta simjá!

De inmediato llamé a mi esposa y al verlos corrió a abrazar a la Rabanit al momento en que yo abrazaba a su esposo. Las lágrimas no se dejaron esperar, y la imagen de ese momento la llevo en mi mente como uno de los momentos más felices de la boda de nuestro hijo. De inmediato el jatán (novio) y la calá (novia) salieron también a recibirlos con mucha alegría.

Una pareja que por supuesto que había sido invitada, pero que no recibió la invitación para la boda, dejando atrás todo signo de molestia, nos dio el beneficio de la duda y compartió con nosotros una alegría que a pocas cosas se parece.

Bendito Hashem, y muchas gracias por habernos dado vida, sostenernos, y permitido llegar a este momento rodeados de gente con Torá que sabe entender, perdonar y dar el beneficio de la duda a sus semejantes.

Dr. Obadiá Maya

*Las iniciales de los nombres fueron cambiadas de manera intencional.

 

HARÉ UNA AYUDA FRENTE A ÉL.

Él: ¿mi amigo o mi enemigo? ¿Mi compañero o mi competidor? ¿Mi consejero o mi traidor? ¿Mi dolor o mi felicidad?

Muchos años de mi vida me invadió el temor de que él quisiera dominarme, por eso yo intentaba subyugarlo. Mucho tiempo yo creí que él "tiraba" para su lado, por eso yo me empacaba en el mío. Muchos instantes sentí que él se alejaba de mí y por eso yo le retribuí con desinterés e indiferencia. En muchas ocasiones me angustió la sensación de que él me subestimaba, por ese motivo yo lo aborrecí.

Durante toda mi infancia y mi juventud me armé para luchar frente a él, contra sus deseos, sus intenciones y sus actos, yo tenía preparada la exacta respuesta para protegerme de sus garras y asegurarme mi propia supervivencia...Y así transcurrían mis días, llena de desconsuelo, de enojos, de palabras rotas y de soledades infinitas. Hasta que un día (siempre lo hay) me despertó la voz milenaria y sabia de la Torá, y dio por tierra contra todos mis prejuicios y mis necedades, y me decía que él estaba conmigo y yo frente a él para complementarnos y no para invadirnos, para cuidarnos y no para sofocarnos, para atendernos y no para servirnos, para compartir y no para dividir, para querernos y no para lastimarnos, para procrear y no para destruir, para ser uno y uno con D´os. Ese día, ese bendito día, Hashem abrió los ojos de mi alma y lo vi. Vi a mi socio frente a mí, invitándome a abrazarnos con el corazón. Entonces me entregué, me di toda entera a disposición de nuestra empresa. Todo lo que yo era y todo lo que podía llegar a ser por lo que me propuse abandonar los viejos vicios y él propuso un nuevo compromiso y supimos en ese instante que los ángeles habían cesado de derramar lágrimas y comenzaban a festejar con Hashem el nacimiento de nuestro nuevo matrimonio. Que Su Shejiná siempre resida con nosotros y en todos los hogares de nuestro pueblo, Amén que así sea.

Patricia Lande, Argentina

patricia.lande@ibm.net

SELECCIONES DEL CORREO

Querido Isaac:

Otra vez yo. La última vez que nos vimos fue en la charla post-seminario que diste en Buenos Aires. En esa charla convocabas a quienes hubiesen ido a cualquiera que haya participado de algún seminario dado por TOV. Yo participé del antepenúltimo que fue aproximadamente hace 3 meses. Hago esta pequeña introducción porque tiene que ver con mi comentario. Recuerdo cuando llegué al seminario y escuché tu primera charla. Para mí era todo nuevo.

Las preguntas que se hacían eran incógnitas. Me sentía reflejado en cada una de las dudas que tenían los participantes. En la segunda charla ya las dudas pasaron a ser más en cuanto a calidad y a cantidad y así en la tercera charla y en la cuarta hasta que llegó el sábado en la noche y mi decisión estaba tomada, me dije: “Yo de acá me voy, esto no es para mí, me están reventando la cabeza; yo estaba tan tranquilo y estos tipos vienen a complicarme la vida después de 33 años de ser yo mi propio dueño”.

Hoy me puedo reír de mi reacción pero en ese momento me sentía muy mal.

Quien me convenció de participar y me inscribió y poco faltó para que me cargara en hombros y me llevara, es alguien a quien vos conocés muy bien ya que vivió mucho tiempo en México y que ahora está viviendo en Bs As.

Con él quise justificarme en el momento de renunciar al seminario. Quise que entendiera y compartiera mi decisión. Sabía que me iba a oponer resistencia, que iba a tener que usar toda mi inteligencia para convencerlo. Me preparé como para dar un examen y se lo dije esperando lo peor. Sin embargo no me opuso resistencia, me escuchó como quien escucha a su mejor amigo cuando tiene un problema, me dedicó todo el tiempo que hizo falta, me dejó hablar, no me interrumpió y cuando terminé sus palabras no sólo fueron las de un hermano sino que fueron las palabras justas para que sintiera que todos los que estaban ahí eran mis hermanos, y que todos los que estábamos ahí habíamos recibido en mayor o menor escala la misma educación laica y que seguramente todos tendríamos las mismas sensaciones.

Fueron esas palabras las que me dieron fuerzas para continuar. Y me quedé.

Hoy puedo decirte que no me arrepiento. Que sé que el camino es largo pero también sé, que nunca recorrí un camino que me llenara tanto. Un camino en donde se avanza todos los días. Un camino en donde hay respuestas. Un camino en donde las respuestas no son excusas o justificativos, sino que son respuestas que se comprueban desde donde quieras comprobarlas. Yo sé que uno de los motivos por el cual uno busca respuestas y se vuelca a lo religioso o a lo místico es la insatisfacción. Ya sea en lo social, en lo sentimental, en lo espiritual, en lo económico o en cualquiera de las cotidianas vivencias que tenemos. Pero yo estaba muy bien, yo tenía todas las respuestas, yo era el dueño de todo lo que me rodeaba y todos mis pensamientos y decisiones estaban acompañados de la larga experiencia de vida que yo tenía, mi seguridad era infinita, si algo salía como yo quería era yo el genio y si algo salía al revés era porque algo había hecho para que saliera de esa forma, y hoy gracias a D´s estoy muy bien también, pero hay una pequeña diferencia, las respuestas, pensamientos, decisiones, seguridades y las formas tienen además la base y el respaldo de algo verdadero.

Y esto querido Isaac, se los debo a ustedes. A ese esfuerzo tan grande que hacen para mostrarle a la gente como yo, que hay una forma de vivir mejor, que todo es para bien y que ser judíos no sólo lo heredamos sino que debemos aprender a serlo. En la charla post seminario, de la cual comencé hablando en esta carta, pude darme cuenta de mi avance, recordé, con las preguntas, que yo estaba igual, y hoy me doy cuenta cuántas respuestas encontré, y esto es gracias a que con TOV despertaron en mí la conexión con mi alma y con mi Torá. Gracias otra vez.

Un abrazo

X.X

Querido Rab Betech:

Le soy sincero, estuve a punto de no ir al seminario, porque en realidad no le llevaba mucho el apunte a la religión, pero hace por lo menos mes y medio empecé a ir al Templo, y este seminario me sirvió para fortalecer la fe en D’os y por supuesto que se me aclararon dudas que siempre tuve. Y qué cierto que fue lo que dijo el Dr. Maya el último día: "Mañana seguro que nos van a extrañar".

La verdad que no veo la hora que vuelvan para volver a escucharlos. Espero que ese momento sea pronto; yo por mi parte voy a tratar de cumplir cada día más con la religión, ya que fui uno de los pocos que no hice Teshubá, y mi explicación fue que no quería prometer algo que no sabía si podía cumplir, pero simplemente me nacen esas ganas de volcarme cada vez más hacia el judaísmo.

Bueno querido Rab, de corazón le digo que me gustaría tenerlo pronto por acá, voy a esperar ansioso su vuelta, y poder disfrutar nuevamente de sus charlas. Le mando un abrazo enorme.

Saludos a todos y espero que le vaya muy bien.

Shalom.

X.X.

NOTICIAS DE TOV INTERNACIONAL

Ante el éxito del Seminario # 27 en Nueva York, se llevó al cabo el número 28 un mes más tarde con una asistencia muy buena, Baruj Hashem. El 18 de febrero Beezrat Hashem, se llevará a cabo el seminario número 29 para angloparlantes.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿Por qué la Tora tiene que ser escrita por el sofer a mano necesariamente y no se puede imprimir?

Hay Halajot para todo. Está escrito en el Shulján Aruj cómo se hace un Séfer Torá, cómo se cuida la Torá, cómo se hace shejitá, etc. Y para leer la Torá en la Sinagoga se necesita una escrita a mano (hecho que requiere de cientos de horas de trabajo meticuloso y mucha concentración).

Cuando se escribe a mano es obligación que el sofer (escribano) sea un hombre muy cauteloso en el cumplimiento de todas las Mitzvot y además antes de escribir debe pronunciar las siguientes palabras: Leshem kedushat séfer Torá, lo cual quiere decir que escribe con la intención que las letras tengan la santidad de un séfer Torá, además antes de escribir cada Nombre de Hashem debe decir leshem kedushat shem Hashem, lo cual quiere decir que escribe para que recaigan en esas cuatro letras la santidad del Nombre de Hashem. De lo anterior vemos que al escribirse a mano, se le agrega una dimensión espiritual que la imprenta mecánica no logra.

Y como te darás cuenta, para estudiar, sí se permite la Torá impresa.

 

La Yeshivá Lékaj Tov para Baalé Teshubá en Monsey NY que estaba impartiendo clases en hebreo e inglés, abre sus puertas ahora en español, a jóvenes de cualquier parte del mundo que quieran estudiar con seriedad. (Los interesados favor de solicitar su hoja de inscripción).

Ya contamos con una dirección electrónica más breve para entrar a nuestra hoja de internet:

WWW.TOVNET.COM

La dirección anterior también sigue funcionando.

CLASES Y CONFERENCIAS:
HORARIOS DE INVIERNO

Hombres y mujeres:

Filosofía de la Biblia: lunes a jueves de 20:20 a 21:15

Conferencias: miércoles 21:30 Temas de interés general

Mujeres:

Pláticas de Torá (Crecimiento Personal):

Martes 12.00 a 13.00 (Morá Miriam Turkíe).

Tehilim (Salmos): miércoles 12:00 a 13:00 (Morá Batsheba Perets).

Perashat Hashabúa: sábados 17:30 hrs. (Dr. Obadiá Maya).

Hombres:

Halajot: lunes a jueves 18:40 a 19:15

Antología del Talmud: lunes a jueves de 19:15 a 20:15 (Dr. Isaac Betech).

Guemará: lunes a jueves de 20:30 a 21:15 hrs. (Rab Mijael Perets).

 

ALGUNOS SERVICIOS QUE OFRECEMOS:
Casetes: diversos temas de interés general (préstamo sin costo alguno y/o venta).
Cocinas Kasher: te ayudamos a Kasherizar tu cocina (servicio gratuito a domicilio).
Orientación y asesoría personalizada: envíanos tus dudas o inquietudes vía fax, e-mail o correo. Consultas personales previa cita.
Miniseminarios: conferencias de 2 a 3 hrs. para grupos nuevos, solicitándolas con anticipación.