TOVLI 52

TOV: ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LA DIFUSIÓN DE NUESTROS VALORES

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Tamuz 5760 Favor de cuidar la santidad de esta publicación y no trasladarla en Shabbat en la vía pública.  #52

En este número:

Historia de un error trascendente.

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Preguntas y Respuestas

Seguridad en las vacaciones.

 

“HISTORIA DE UN ERROR TRASCENDENTE”.

Antes de empezar a leer estas palabras, te pediré un favor... no me preguntes quién soy ni trates de imaginarlo, porque me avergüenzo de mi error.

Sin embargo, si de alguna manera puedo colaborar para que tú, querida amiga, o tal vez una amiga tuya no cometa esta falta, entonces tengo que escribirlo.

La historia empieza hace 16 años.

Mi hija mayor de 19 años hoy, en aquel entonces era una hermosa nena de tres años.

Estaba embarazada de la que ahora es mi segunda hija y mi esposo y yo le decíamos a la mayor: “Mamá te va a traer un hermanito. Juntas lo vamos a bañar y le vamos a enseñar a caminar y a hablar”.

Mi pequeña hija casi todos los días nos hacía la pregunta esperada: “Mami, ¿cuándo llega mi hermanito?

Una noche salimos a cenar con una pareja de amigos, que al igual que nosotros, tenía un contacto con el judaísmo solamente de manera superficial y a conveniencia, envueltos por la ignorancia y el desconocimiento de nuestras raíces y el miedo al “qué dirán” si es que me acerco a explorar el maravilloso mundo de la Torá, que hoy gracias a Hashem ya conozco.

El tema de esa noche en el café fue lo que me planteó mi amiga: “Y ahora que des a luz, aprovechando que será cesárea... ¿te vas a ligar verdad?

Mi esposo y yo nos volteamos a ver, como si nos hubieran preguntado algo tan intranscendente como... “¿Tienes cambio de un billete de 50 pesos?”

La respuesta de los dos, por increíble que parezca fue: “Pues sí... creemos que... eh, eh creemos que sí, dos hijos son suficientes”.

La decisión estaba tomada, nuestro error, el error que sin duda será uno de los más grande de nuestra vida, estaba en proceso. Por decisión de mi esposo y mía, antes de entrar a la cesárea programada, le manifestamos al obstetra nuestra firme e irrevocable decisión de practicarme una ligadura definitiva de trompas. Además el ultrasonido nos había garantizado que el bebé era varón, así es que a pesar de su esfuerzo por convencernos de que éramos jóvenes, insistimos que un niño y una niña eran suficientes.

El ultrasonido, como habrás notado, se equivocó. A los pocos minutos, una hermosa nena lloraba en el quirófano, tal vez diciéndome: “Mamita... no te ligues las trompas, no me impidas tener la alegría de compartir hermosos momentos con más hermanitos”.

Recuerdo cómo el Doctor se me acercó y me dijo... “Aún no te he ligado, ¿estás segura que quieres dar este paso?”

“Mi esposo y yo hemos decidido, le contesté, sigue adelante y procede a hacer la salpingoclasia (ligadura de trompas)”.

Afuera del quirófano las expresiones de júbilo por la llegada de una preciosa bebé no se dejaron esperar. Me platicó mi esposo, que mi suegra se acercó con él y le pidió casi con lágrimas: “Por favor, que no liguen a tu esposa, está muy joven, ¡por favor!”

Nada nos pudo hacer cambiar una decisión que fue tomada sin pensar, sin valorar su trascendencia, sin darnos a nosotros mismo la oportunidad de preguntar qué era lo adecuado hacer, y hoy agrego, una decisión, tal vez de las más importantes de nuestra vida, que no consultamos la opinión de la Torá. Un error, un grave error de pareja en el que sin duda llevamos la responsabilidad por no preguntar, por dejarnos influenciar por la opinión de una amiga que nos aconsejó sin el criterio judío ni humano apropiado sobre el tema.

Años después de ese suceso que por cierto en su momento lo vi normal e intranscendente, ocurrió lo que hoy califico como el cambio más importante en nuestras vidas.

Tuvimos la oportunidad de conocer T.O.V. y asistir a uno de los seminarios de fin de semana que imparten fuera de la ciudad.

Ahí no solamente tuvimos el gusto de conocer a ese maravillo ser humano llamado Rab Yosef Yaguén, sino también al Rab Dr. Betech, al Judaísmo, a la Torá y sobre todo y ante todo de manera importante, conocimos a Hashem. Nos acercamos a Su camino mi esposo, mis hijas y yo.

Hoy, como siempre lo hice, le doy las gracias a Hashem por mis dos hijas, por mi esposo, por tener la alegría de caminar por Sus senderos.

Con el paso del tiempo, quisimos arreglar las cosas. La necesidad, el deseo de tener más hijos no nos permitió quedarnos inmóviles y volvimos a consultar al mismo obstetra.

Ya en su consultorio le dije: “Mi esposo y yo hemos pensado dar marcha atrás en aquella decisión de cortar la posibilidad de tener más hijos, te pido por favor que me desligues”.

Su mirada amable y decepcionada me lo dijo todo: “Es imposible, no sólo te ligué las trompas, sino las corté, las separé y las metí dentro del peritoneo. Las posibilidades son prácticamente nulas”.

Salimos del consultorio cabizbajos. ¿Cómo podría ser? Ahora entendíamos mi esposo y yo lo hermoso que es tener una familia numerosa, educar hijos en el camino de la Torá, enseñarles buenas midot, oírlos decir sus primeras berajot, ver sus caritas sonrientes... y ya no había posibilidades.

Semanas después me ingresaban en el hospital para una cirugía de emergencia. Recuerdo bien que antes de entrar al quirófano le dije al médico: “Te lo pido de favor: ¡deslígame las trompas!”

Horas después en recuperación escuché al Dr. decirle a mi esposo: “La trompa izquierda tiene muy pocas posibilidades, fue muy difícil reconstruirla. La derecha quedó con un 60% de posibilidad”, lo que posteriormente corroboró una salpingografía.

Me sentí contenta. Mi proceso de teshubá de ese tremendo error había empezado. Podría volver a ser mamá.

Un mes estuvimos a punto de recibir ese regalo de Hashem que tanto esperábamos, pero las posibilidades finalmente se esfumaron, cuando una histerectomía acabó finalmente con mis sueños.

Hoy, mi esposo y yo, siendo una pareja madura, con dos hijas jóvenes educadas en un camino de Torá, nos arrepentimos casi a diario de aquella decisión de café tomada sin pensar.

Al parecer ya no hay mucho que hacer, pero en realidad sí hay que ofrecer. El poder relatarte mi caso, sí, éste que acabas de leer, y además ofrecerme a platicar contigo si por tu mente ha pasado cometer el mismo error que yo cometí, es algo de lo mucho que puedo hacer para arreglar lo que hicimos que sucediera sin reflexionar.

Las palabras que mi suegra le dijo a mi esposo, las tenemos muy grabadas en nuestra mente:

“Que no la liguen, por favor, que no la liguen”.

(Si gustas puedes ampliar el tema oyendo el cassette # 16 sobre el Control de la Natalidad).

NOTA: El tema anterior está íntimamente ligado con el asistir mensualmente a la Mikve (pileta ritual), si gustas puedes escuchar detalles en el cassette # 6.

SELECCIONES DEL CORREO

¡Shalom Rabino Betech!

Me llamo M., tengo 24 años, vivo en Buenos Aires, Argentina y le escribo porque tengo ganas de ponerme en contacto con usted.

Tengo un amigo que participó en un seminario suyo. Él me transmitió lo que sucedió en el seminario, todo lo que usted explicó y demostró y realmente quedé asombrado. Me sirvió para dar un paso más y ponerme a estudiar Torá.

Si hasta ese momento tenía alguna duda de la existencia de Hashem y de lo que era la Torá, puedo afirmar y decir que ya no ya tengo ninguna duda. En cada Shiur (clase) me asombro de lo que la Torá dice. Me fascina el Baal HaTurim, se ve que era un genio.

Le mando una Shalom grande y ojalá que venga a Buenos Aires.

M.D.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Dr. Betech: Tengo una situación con una muchacha que ha venido estudiando conmigo y dada su experiencia con baalé teshubá me gustaría me aconsejara cómo orientarla.

Me pregunta si es mejor hacer teshubá de manera rápida o ir poco a poco.

Vale la pena investigar cuál es el criterio de la Torá al respecto, si ir poco a poco o ir rápido.

Tenemos la cita de Tehilim (Salmos) 119:59-60 donde literalmente dice que uno se debe apresurar a cuidar las Mitzvot.

Asimismo lo dice en el clásico de la literatura judía Shaaré Teshubá, segunda sección, inciso 34 donde después de citar las palabras de David Hamélej, las enfatiza; igualmente en el libro Jovat Halebabot, Shaar HaTeshubá, capítulo 10 el cual además de citar las mismas palabras de David Hamélej cita la conocida frase (Pirké Avot 5:20) que dice que debes correr como una gacela para hacer la voluntad de Hashem.

Podríamos agregar más referencias bibliográficas, pero por ahora es suficiente para mostrar cuál es la postura de la Torá al respecto.

No es lo yo crea o deje de creer, sino lo que la Torá dice que debe ser.

Además, como la lógica lo indica, si uno le pide algo a Hashem, ¿quieres que te lo conceda rápido o poco a poco? Igualmente nosotros debemos actuar rápidamente.

Te doy los argumentos anteriores para que tú uses los que consideres oportunos en este caso, pues cada individuo puede tener circunstancias particulares.

Cuando Hashem creó a Javá y puso a dormir a Adam, se afirma en la Torá que Hashem puso a dormir a Adam, pero ¿en algún lugar dice que Hashem lo despertó? ¿O todavía nosotros vivimos en un sueño?

Está escrito en Bereshit 2:21 que Hashem puso a dormir a Adam. Tienes razón.

Pero dos versículos más adelante, en Bereshit 2:23 está escrito: “Y dijo Adam...” Y Adam dijo... lo que significa que él estaba despierto. Nadie puede expresar frases conscientes y con un mensaje incluido si está dormido.

Así que lo siento, pero la vida es una realidad y no un sueño.

¿Qué pasa si una mujer casada, con hijos, es violada en la calle por unos mal vivientes; usted cree que en ese caso y bajo esas circunstancias no se podría evitar que nazca un chico que va a tener demasiados problemas porque va a saber cómo fue concebido, y va a ser mal visto por el resto de su familia?

Por el crimen de un padre no se debe matar al hijo. Además: no todo embarazo no deseado termina con un bebé no deseado.

Muchos de los embarazos no deseados terminan en hijos sí deseados. ¡Que Hashem nos cuide a todos!

 

NOTICIAS DE TOV INTERNACIONAL

Río de Janeiro, Brasil del 18 al 20 de agosto: Seminario de Primer Nivel.

Buenos Aires, Argentina del 1ero. al 3 de septiembre: Seminario de Segundo Nivel.

 

Y os cuidareis mucho…

(Debarim 4:15)

ANTES DE NADAR RECUERDA QUE...

1) Las causas más comunes de accidentes en el agua son:

a) Clavados en aguas poco profundas (el área permitida para clavados debe estar pintada en la alberca).

b) Ingerir alcohol o algún tipo de droga (puede ser medicamento). Antes de nadar recuerda que el 25% de los ahogamientos en adultos se deben a este motivo (Diagnóstico y Tratamiento de Urgencia, cap. 28, pág. 446).

c) Sobrestimar tu habilidad como nadador (American Red Cross Basic Water Safety, page 2).

2) Nunca nades si no hay salvavidas.

3) Nunca nades si el agua está turbia.

4) Nunca nades cerca del tobogán.

5) Nunca corras alrededor de la alberca.

6) No nades si estás demasiado cansado para continuar.

7) Si descubres que alguien se está ahogando, no lo trates de sacar a menos que tengas la preparación adecuada. Si no la tienes, mejor grita y avísale a los salvavidas. Mientras llegan trata de salvarlo desde afuera, lanzándole algo con lo que lo puedas jalar, por ejemplo un palo largo o equipo especial de salvamento.

8) No introducir artículos inflables como lanchas o camastros en la alberca.

9) No permitas que los salvavidas platiquen entre ellos, ni contigo, pues su función es estar alertas. Obedece las señales que te den.

10) Revisa que el equipo de salvamento se encuentre en buenas condiciones (American Red Cross Basic Water Safety and Emergency Water Safety Instructor´s Manual).

11) Al nadar, procura estar siempre acompañado y al igual que tu compañero, tú estar alerta de los demás.

12) No meterse al agua si ésta está demasiado fría.

13) No respirar profundamente muchas veces para aguantar el aire debajo del agua, pues puede hiperventilarse la persona y al bucear no darse cuenta que le falta oxígeno.

14) No masticar chicle al estar nadando.

15) Nada con gogles pero no te eches clavados con ellos (American Red Cross Basic Water Safety, pág. 88 y 92).

16) Si te estás ahogando ø"ì, trata de pararte sobre tus pies tocando el suelo de la alberca. Mucha gente se pudo salvar con el hecho de haberse parado.

17) Nunca dejes solo a un niño cerca de una alberca y ni un momento sin tu supervisión.

18) No dejes artículos peligrosos (fierros, vidrios, etc.) dentro o cerca de una alberca.

19) No dejes coladeras abiertas en la periferia de la alberca.

20) En caso de tener algún tipo de enfermedad, se debe dar aviso a los salvavidas para que estén alertas a cualquier emergencia. Y la persona debe llevar colgada una lámina grabada con el nombre de la enfermedad.

21) No es recomendable nadar después de comer o al tener muy lleno el estómago.

22) Tu mayor seguridad y la de tu familia es ser responsable con lo que estás haciendo y supervisando que los salvavidas y equipos de emergencia estén donde deben de estar.

  1. La alberca debe estar rodeada completamente con una barda de por lo menos un metro de altura, si es de barrotes, estos deben ser verticales, con una distancia no mayor de 10 cm. entre cada barrote. Debe tener una o varias puertas, todas con un sistema de cerradura que sí funcione y que no pueda ser abierta por ningún niño menor.

 

¡¡FELICES VACACIONES!

 

CLASES Y CONFERENCIAS:
HORARIOS DE VERANO

Hombres y mujeres:

Filosofía de la Biblia: lunes a jueves de 20:20 a 21:15

Conferencias: miércoles 21:15 Temas de interés general

Mujeres:

Pláticas de Torá (Crecimiento Personal):

Martes 12.00 a 13.00 (Morá Miriam Turkíe).

Hombres:

Antología del Talmud: lunes a jueves de 18:45 a 19:45

(Dr. Isaac Betech).

Guemará: lunes a jueves de 20:30 a 21:15 hrs.

(Rab Mijael Perets).

ALGUNOS SERVICIOS QUE OFRECEMOS:
Casetes: diversos temas de interés general (préstamo sin costo alguno y/o venta).
Cocinas Kasher: te ayudamos a Kasherizar tu cocina (servicio gratuito a domicilio).
Orientación y asesoría personalizada: envíanos tus dudas o inquietudes vía fax, e-mail o correo. Consultas personales previa cita.
Miniseminarios: conferencias de 2 a 3 hrs. para grupos nuevos, solicitándolas con anticipación.